sábado, 12 de abril de 2014

Se libera el hombre

Sobre las ruinas
del cemento hecho polvo,
habitan dos cuerpos inertes,
dos amaneceres inacabados.

Esnifan la derrota del cementerio
y lo solidifican con el agua salada
de sus noches melancólicas.

El desencanto es ley
en esta tierra
y se alza implantando
pasos pesados y nubes negras.

Los más rebeldes follan,
pretenden derrotar la ignominia imperante
con gemidos ahogados en vodka
y crear su propio paraíso verde,
entre ramas de olivo
y hazañas de héroes mártires.

Esta es la presa que contiene el miedo,
repudia con asco sus aguas estancadas.

Cuando fluye el río se libera el hombre.

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