Me piden a
gritos
que me cubra
de blanco
y manche con
el rojo de mi sangre
el camino de
vuelta a casa,
pero yo
estoy tan perdida como ellos
y me
desangro inútilmente
intentando
satisfacer su deseo
de regreso
ficticio.
Recrean sus
casas, sus calles,
sus vidas.
Y yo me
desangro
con la
consciencia de estar
en mitad de
la nada,
mientras
ellos crean ciudades
yo me hundo
en el asfalto.
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