sábado, 12 de abril de 2014

Jodidamente cobardes

Así que esto va a así,
esta es mi condena elegida,
atarme a un boli y a un papel
para liberarme de los pesares diarios,
no sé si es algo valiente o cobarde,
realmente no lo sé.

Quizás como buenos extremos
seamos jodidamente valientes,
verte en un papel no es fácil,
quizás distorsionemos realidades.

También somos jodidamente cobardes,
pero no hay tregua
y tampoco hay opción.

Ruedan palabras por mi cabeza
y dan tantas vueltas
que siempre caen en el lugar equivocado.

Yo estoy aquí
y tú…
tú también.

Pegada al papel,
adherida a una irrealidad constante,
porque no puede ser de otra forma
cuando más real eres
es cuando no existes,
porque luego entra en juego
todo el rollo de interpretar,
es triste darse cuenta de que
la comprensión no existe
y vagar de un espejismo a otro
es una mediocridad camuflada.

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