miércoles, 29 de octubre de 2014

No, no, no

Dejando atrás los tópicos
el mundo no es un lugar bonito,
cuando la muerte
es una amenaza continua
a tu mente
empieza a ser la respuesta adecuada
reírse provocándola.

Agarrar una botella de vodka
y una cuchilla
y decir “estoy viva, es mi decisión”
empezamos a dejar de ser esclavos
para convertirnos en amos.

La muerte se postra a nuestros pies
y nos implora,
“déjame más margen”

Ahora empieza el juego.





Estrellas fugaces

Me dejé las garras
amontonadas en algún lugar
y saqué los puñales de mi espalda,
las letras me siguen
y no se ordenan bonito,
pienso que debería besarte ahora,
que es bonito que no se ordenen.

Sé que a pesar de todo tú entenderás
que yo no puedo vivir sin caos
pero que el tiempo se detiene
de vez en cuando
alargándonos,
haciéndonos eternas.

Tus dunas

Los estratos desordenados
a base de golpes certeros,
amanece también como metáfora
pero aquí es de noche
continuamente.

Se cierran demasiadas puertas
y se abren pasadizos
donde no cabe mi pecho.

Pensé, una tarde como esta,
que lo mejor sería
dejar el corazón a un lado
pero hoy hace demasiado frío
y sólo pienso en
instalarme en tu espalda.

No sobrevive la mente

Siento los reflejos de tu piel pálida
en mi nuca
y pienso que a veces
está bien no matarse.

Somos demasiado trágicas
para una verdadera tragedia
pero que estoy segura de que
algún día lloverá eternamente.

Llegados a este punto
pienso que lo más sensato
sería obrar más allá del bien y del mal.

Llegados a este punto
pienso que lo más real
sería abandonar la sensatez
y sentarnos bajo la lluvia
de octubre,
de noviembre,
diciembre, enero…

Pienso que lo mejor sería
dejar de salvarnos
y vivir bajo la lluvia,
besarte cuando no me veas,
no sobrevivir eternamente,
permanecer perpetuas,
deslizándonos bajo
todo lo que ya conocemos
y aún así
no queremos materializar.
Intento romperme, dejar de ser todo esto, pero aún no he recibido suficientes golpes, es irónico que mi forma de pretender salvarme sea golpearme fuerte en la nuca, por todo el cuerpo. Las heridas cicatrizan hielo y duermo demasiado bien para ser casi invierno. No hago apenas nada, intento llorar de verdad, no puedo. Intento escribir de verdad, no puedo. Estoy amurallándome en mi propia trampa y nadie parece verlo. Dirán que he traicionado la lealtad y la libertad, dirán que soy demasiado mala. Yo lucho por romperme pero todo esto se está convirtiendo en una estampa estúpida. Yo golpeándome contra el mundo.

lunes, 27 de octubre de 2014

No pretendo arrastrar conmigo a nadie al mar, ni nadar sobre sangre ajena. Será lo mejor, perdona, no soy buena. He perdido mil veces, es hora de cambiar el juego. Quiero dejar de jugar, liberarme, abandonar lo que me mantiene con vida, lanzarme al desastre. Dejar de vivir sin empezar a morir, vivir en el limbo. Quiero alejarme de los dramas, no refugiarme en cáscaras, dejar los sustitutivos, los vicios, los nombres. La paz, la temida paz. Quiero abandonar a mi ego, que no me llame borracho, que no se corte en versos.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Me gustaba más mi época de autodestrucción consciente, me daba vida. He intentado empezar a cuidarme, abandonando hábitos insanos, ya sabes, e irónicamente me está matando. El tiempo cae como un pájaro herido sobrevolando un acantilado y se clava en mis costillas cuando me nombran. Debo de tener algún tipo de trastorno disociativo, el mundo se desdobla a mis ojos y me asusta enormemente el paso del tiempo. Soy ajena a todo lo que me mantiene inmersa. Cuando necesites que te diga “quédate” no lo haré y sé que te irás y yo me quedaré aquí, matándome por no matarme, salvando a la muerte con mi muerte, invocándote mientras te alejas, no echándote de menos.