sábado, 14 de septiembre de 2019


La rebelión eléctrica en la que todo
Se apaga solo
Yo continúo
Las manos con nudos desgarrados
De crestas arrancadas a los gallos
Que nos despertaban pronto
Hoy el reloj no marca la hora animal
Ni ninguna
Caída en el lago en el que no se
Sumerge nadie entero
El talón
La planta
El saco de antagónicas respuestas
Voy a mantenerme del revés
Dando a luz a todos los nuevos nombres


Mañana más y mañana más tarde
Toda el hambre del mundo cae
Encima de mí
Como tormenta
Detrás de los ojos ramas que asoman
Una fruta distinta de la que deberían
Esta raza se desdibuja en sílabas
Y un mar hacia dentro traga la sangre
De los peces



Con este roer de huesos el mundo
Ha parido el nombre,
Un puñado de carne.
Entre un cristal tintado de sangre
Amanecemos todos
Estoy buscando el día de los números cruzados
Donde el relámpago rompe siempre
Por el mismo sitio


Es la santa Trinidad:
El solipsismo, el hermetismo, el patetismo
Es la Santa Trinidad que atraviesa tu imagen
Es el Sol quien sombrea y un doble sonido
Te da nombre
El hueco es espacio abierto para la
Sensación del tiempo
Ahora, temporero en zona de sequía
Va a secar sus lágrimas que caen
Rociando la carne
Mira cómo se resquebraja la tierra
Cómo el polvo atraviesa tu cuerpo
Casi sin verte
Este roer los huesos parece un vicio
Casi una afinidad infinita
El huir de los carnívoros
Ya no queda nada entre los dientes
No soy comedor del hambre
Escondí un rincón para llenarlo de cenizas,
El nuevo fango sin oficio
Va a desafiar los golpes
Que se inyectan en la sangre
Ahora los ojos que se cierran son más íntimos
en esta apertura ceremonial casi por accidente



La asfixia va a caer como un telón de plomo
Sobre un muro de cemento
Dime si el silencio también tiene su parte borrada
Quiero desenfundar el pánico y lanzarlo
Como semillas secas sobre la tierra pobre
Para que no nazca
Para que se tueste y tener un peligroso material
Brillando como el oro
Si dices “al negro Sol del silencio…”
Caigo en órbita de palabras muertas
En pie como esqueletos
Quiero masticar los sonidos trenzados
Y sentarme encima
De mi propio corazón