Inhalar tu humo,
quemarme en tu fuego,
lamer tus salidas de emergencia,
adentrarme en el peligro,
arrancar el miedo
y morderte la voz
por fuera del cuello,
romper los cristales
y aullar en la noche,
instalarme en tus labios agresivamente,
arañar tu espalda
y si te marchas, volarlo todo,
y marcharme con el polvo de las ruinas
que nunca echamos,
y echarte de mi mente por partes,
primero tu ropa y luego tú.
quemarme en tu fuego,
lamer tus salidas de emergencia,
adentrarme en el peligro,
arrancar el miedo
y morderte la voz
por fuera del cuello,
romper los cristales
y aullar en la noche,
instalarme en tus labios agresivamente,
arañar tu espalda
y si te marchas, volarlo todo,
y marcharme con el polvo de las ruinas
que nunca echamos,
y echarte de mi mente por partes,
primero tu ropa y luego tú.
Tener merodeando tu esencia creada
más pura,
invención de un idealismo con insomnio
que dormita largos periodos
matando a la soñadora.
Arañarte la voz hasta que sangre
y se deslice por la noche brillante,
entre gota y gota repetir tu nombre,
hasta que sólo queden ecos.
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