Resbaladiza distancia, rancia en la derrota,
pero cierta,
azulada en el desprecio
viviendo por razones obvias
por cumplir adecuados sueños
y siempre teniendo el mundo
sucio
abajo.
Pero tú me adiestras y perviertes mi ira,
como flor que se deshoja a destiempo
emites señal sonora
y también te marchas,
como el amarillo en el desierto
o los colores bellos,
como las horas bajas y los días tristes,
en pequeñas secuencias de olvido.