Fluye el torrente
tan áspero y duro por dentro,
tan rápido y fuerte por dentro,
tan oscuro y brillante por dentro,
en él se concentran todos los colores,
absorbe el arcoíris en su negrura.
Tapona todas las salidas
y sigue fluyendo inadvertido
por los que observan el desierto exterior.
Seguid mirando, y nunca os preguntéis
de dónde sale el agua
que riega los bosques que me cubren.
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