El mundo me sabe a poco y encuentro el presente como un
dibujo mal hecho, como si alguien pretendiera reírse de mí. Me apetece pintarme
los labios de rojo y salir afuera, pero sé que el contraste de la nada contra
la nada sería un flash blanco demasiado doloroso para mí, el menos y el menos
hoy se convierte en un paraje estéril donde no puede florecer nada. Así que me
anclo al suelo con clavos que más tarde arrancaré de mi piel dolorosamente y
dejaré una estela de fluidos confusos tras de mí, por si alguien quiere
seguirme. Ya no pienso que puedan venir
y salvarme, así que la soledad no me resulta para nada desagradable, de hecho,
el contacto con la gente cada día me enfurece más, es como… si quisieran llenar
su vacío invadiendo tu casa, tu mente, quieren extraer tu jugo de la forma
equivocada y encima te culpan a ti de no sacar lo que esperan, son como mosquitos succionando un gato de escayola.
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