Hoy he soñado que tenía
clavadas astillas en la lengua
y otra vez contigo.
He despertado triste porque
no sé ordenar los versos
ni mi vida
porque prefiero situarme siempre al borde
del abismo
antes que tomar las riendas
porque soy joven
y estoy cansada,
como si me hubiera pasado dos siglos arreglando desastres.