Creyendo
que todo es típico,
mediocre, vulgar,
huimos de una pureza extrema
sin saber qué es la vida,
preguntándonos a cada paso,
intentando cazarla
en forma de esencias vacías
o quizás demasiado llenas,
porque la mayoría de las cosas
son tan profundas
que agujerean el extremo
del lado contrario,
su superficie,
y sólo quién mire hacia el fondo
comprenderá
que ese desgarro superficial
es en realidad una herida profunda
que atraviesa el centro del alma,
y es que esto es la vida,
entre resaca y resaca,
poemas y mierda,
sin comprender que
a cada paso desgarramos abismos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario