Hibernar mil años para tener tiempo suficiente, culparme por
perder el tiempo, matándome en silencio, consumiéndome como una barra de
incienso, si alguna vez he tenido una certeza ha desaparecido y en mi mente
sólo se alza un sentimiento marcado a fuego. Soy como un animal que se
autotortura, mis manos calientan el acero que atravesará mi piel. Me alejo de
todo como una placa de hielo a la deriva, me descongelo mentalmente, las
metafóricas lágrimas resbalan sobre mi superficie pero exteriormente me muestro
implacable, joder, me estoy helando de forma literal, y eso que yo siempre he
abogado por la salvación ajena. Cuidado contra qué luchas, somos espejos. Me adentro
en la noche, llevo pensando en dormir todo el día, pero ahora me parece algo
tan irreal, empiezo a perder la noción de mis sentidos y creo levitar cuando
seguramente esté a punto del desmayo, o algo así. Leo a escritores malditos y
empiezo a crearme la certeza de que alguna vez alguien encontrará todas mis
letras cuando yo haya muerto. Me dicen algo que me alegra, mi hermana cree que
acabaré con cincuenta años y el pelo rapado viviendo por las montañas. Ojalá y
tenga razón. Dice que me ve sonriente, siempre me he considerado una persona
alegre. Una vez me identifiqué con un loro, ahora me hacen un puto test
psicológico y resulta que soy una serpiente. No lo veo tan descabellado. Por primera
vez en la vida tengo bastante miedo.
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