miércoles, 11 de junio de 2014

Buenas noches

Nunca he sabido el significado
real de las palabras,
sonidos que se deforman
cuando llegan a tus oídos,
tamizados,
pervertidos
por una mente forjada
a base de filtros.

No me fío de los poetas
ni de los que hablan mucho,
ni de los que leen mucho,
siempre he pensado que esconden algo.

Son los que arrancan velos
y miran tras el telón
de un escenario sin montar,
los que pueden anticipar la función.

Pero he aprendido a interpretar miradas,
sonrisas fingidas, gestos.

Con semblante más humano
que felino,
desarmada, sin garras.

Me siento a esperar el próximo acto,
engañándome
para sorprenderme,
desviando mis instintos.

No ha caído la noche
pero vivo en una niebla constante,
para guiarme
programo mis manos
bajo las coordenadas de mis impulsos.

Me llevan a portales ajenos
a horas intempestivas,
quién sabe,
quizás le dé las buenas noches
a una ancianita de aquí
hasta que se borre mi último acto.

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