viernes, 18 de julio de 2014

Serpenteante llega al lugar de dónde nunca se fue, fuma opio imaginario, en las nubes canta rebelándose, invocando de forma superior a algo que no puede provocar, se ríe de su propia ironía. Nací desnuda y con las palmas de las manos limpias, hoy puedo despojarme de las ropas, pues no se pegan a la piel si no está sucia. La corrupción amenaza detrás de cortinas de humo, pero seguid fumando (¡seguimos, seguimos!) hasta que sea demasiado tarde (nunca es demasiado tarde) y rompeos las muñecas retorciendo a lo obvio, a fuerza de golpes matando la coherencia para volver a ser puros, a hostias no se soluciona nada, y como última salida escupes en el cristal de los recuerdos y te esfumas, como el humo, como el polvo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario