Hay paz porque estoy mojada y fluyo deslizante sobre la
superficie de espejo de este terreno infértil, no he dormido ni aspiro a
hacerlo, ha sido un día genial y redondo como la perfección misma, si tiene
forma, será cualquiera, pero hoy ha sido circular. Suelo escribir cuando
estallo, es mi forma de sangría, mi cura terapéutica, pero hoy apenas coherente
mis manos obedecen impulsos que alguien emite, no yo, no sé. Soy consciente de
mi cuerpo porque duele al igual que duelen las heridas cuando no se curan y
sangran de madrugada despertando a todos los gatos del vecindario, para que me
miren, porque la Luna a veces no es suficiente. Enjabono el cielo, de forma
literal, por supuesto, y no espero respuesta ni luces de alarma, es por gusto,
puro vicio. Abandono resquicios de lo que nunca fuimos, fantasmas asaltan para
reafirmar el terreno volátil, explosiones a mi espalda, luz, más luz.
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