sábado, 5 de julio de 2014

Culparía a algún dios onírico, secuestraría a Morfeo, lo amenazaría. “Eh, ya está bien, deja de recrearte, todo eso ya  ha pasado o aún no ha pasado, déjame libre”. Le resumiría mi vida, todo lo que recuerde, y él la dotaría de otros significados. Tenía que ponerme el despertador, no recuerdo cuándo hice esa puta marca. He esparcido mis señales de alarma, constituido el engaño, suplicado en vano. He cometido mil pecados, pero Jesucristo no murió en mi nombre. Me analizo cada músculo de mi cuerpo, me mutilo las garras. Me pone dejarme indefensa. He tonificado mi piel y asfixiado mi cuerpo. Te sometí a torturas indirectas. Arrasé calles y aún no he explotado. El mundo vuela por encima de mi cabeza y a mí no se me ocurre otra cosa que mirar al techo. Estamos perdiendo el norte, la Tierra sigue girando y yo con esencia de globo aeroestático, otras sustancias sustituyen al helio. No necesito nada cuando pienso, mato para no pensar y me elevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario