El insomnio
me visita y con frecuencia
busco tu esencia y dormirme
entre chupitos de tequila,
y encuentro la tuya y el fósil
de un cadáver
que a estas horas debería
ser ceniza.
Será por mi falta de memoria
que fosilizo esencias
en el fondo de los vasos
y al chupar el último limón
los revivo y los invoco,
y luego expulso de mi cuerpo
hasta tu primer trago.
Luego consigo dormir
y encuentro mis temores
más ocultos nadando en el vodka
de aquel mayo,
joder, odio los meses que riman
con su nombre.
Y temo las pérdidas más inminentes,
porque aunque sea un amor imposible,
tus tetas son mías.
Parece mentira que ahora,
cuando empiezo a dejar de beber
para buscaros
es cuando encuentro la respuesta
más obvia,
el insomnio es la resaca del alma.
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