miércoles, 7 de mayo de 2014

Bailar en el cementerio

Se fueron,
tenían que irse,
no podía ser de otra forma.

Todos nos golpeamos
la cabeza contra
nuestra traición a lo obvio,
lo único que nos salva
es lo que nos miente rastreramente
y la sensación de creer inmortal
algo que por lógica cíclica muere
mata un poco de los sueños
que no tenemos dormidos,
pero es valiente aceptar
que la eternidad no existe
como se comprende tradicionalmente,
sino que se encuentra en palabras y besos,
en miradas fugaces en las puertas
de algún sitio,
que habita donde muere
tu noción del tiempo.

Por eso nuestro mayor problema
es creernos capaces de
vencer a la muerte,
pretender perpetuar la eternidad
es como pretender revivir cadáveres. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario