Cuando la nada te parezca
pasivamente agradable
pégate,
física o mentalmente,
pero date fuerte,
entra en razón.
¿Cómo coño la nada
puede ser algo agradable?
No florece nada,
no muere nadie.
Huye, arráncate
esos vestigios de conformismo arraigados
o las nuevas creaciones del mismo,
desnúdate y corre lejos de allí,
lo suficientemente lejos
como para mirar atrás
y ver un gris apático,
ni siquiera taciturno,
ni siquiera abrumador.
Simplemente gris,
cargado de monotonía
por la ausencia de ciclos,
cargado de aire pesado y seco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario