miércoles, 28 de mayo de 2014

Factotum, muerte

Barrer tu puerta,
descompensación del mal,
ideales benignos,
qué horrible palabra,
benévolo, benevolente.

¿Quién siente compasión?

El dolor como un reflejo fugaz,
qué horrible,
romper costumbres,
llorar por no llorar cuando
se supone que deberías hacerlo,
dolerse por no dolerse.

Agitación máxima de los sentidos,
ametrallan,
envían masivos mensajes.

Luces de neón te rodean,
balas, disparos, embestidas.

La saturación lleva a la neurosis,
la saturación lleva a la insensibilidad.

Los psiquiátricos se vacían,
la locura es norma,
pronto van a empezar a encerrar
a los cuerdos.

No mueren, los matan.

No hay vida digna, no hay muerte digna.

Priman instintos corruptos
y el lecho se llena de sangre,
la muerte está a la orden del día
en la mente de los niños,
suman años con los años,
borran pisadas
con flashes coloridos.

Luces de neón ciegan
y reina la apatía
en un escenario saturado
cubierto de blanco.

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