martes, 20 de mayo de 2014

Espera, de espaldas a mí, dejando terreno descubierto para arañar o integrar mi grito en la profundidad tenebrosa que es lo que refleja tu sombra. Recíbeme desarmada, como yo me muestro, porque el mal ocupa demasiado espacio y maquilla la oscuridad con el juego de los floridos gusanos que brotan del odio no hecho carne. Por eso deja que te arañe y profundice en tu cuerpo virgen con el odio contenido. La transformación será inmediata y se congelará en una pequeña gota envasada al vacío todo el amor que soy capaz de perpetrar.

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