domingo, 28 de septiembre de 2014

A raudales fluye dentro de mí todo lo que no expreso de forma hablada, dialogar va siendo cada vez más complicado y no acierto a ordenar mis pensamientos ni siquiera en papel. Atenderé a tus súplicas cuando se haga el silencio y satisfaré cada uno de tus deseos más ocultos, pues hoy, y ayer habité dentro de tu piel, donde nadie nunca te invadió. No es un sexto sentido, es escuchar al quinto alumno aventajado y cerrar los libros de texto de una vez por todas. Es decir, desnúdate salgamos de casa, lánzate, mátame. No quiero besos a la luz de la luna ni lámparas que alumbren mi asfixia esta noche. Libre de deseo, libre de pecado. Aúllo cuando se proclama un nuevo ganador y sinceramente todo me parece injusto, los mediocres tienen su reino y el resto vive en un gueto construido a base de sobras.

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