Tú sólo lámeme los puntos a los que yo no llego, es
decir, la nuca de un sentido ascendente, hasta abrasarme el cerebro con tu
silencio centelleante. No tardes en comer dos días, mejor dejarlo para luego,
mejor dejarlo para nunca. Nunca fue el paraíso más habitado por todos desde
hace todos los tiempos. Los que nunca han querido decir que nunca tuvieron nada
que decir, mentían. Nunca es reino de mentirosos, pero también de ardillas y
otros seres.
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