El mundo me arrastra, es como si hubiera nacido dos siglos
tarde y debiera reincorporarme ahora. Todas las cosas por las que hubiera caído
han pasado ahora a un segundo plano, a un análisis interno desde la parálisis
de la acción. Supongo que la literatura no, me ahoga, me llama, me oprime. Es
esencialmente violenta.
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