martes, 9 de agosto de 2016

El gato que ya ha vuelto

Has traído tu nombre como tu cuerpo en frasco
y tu sonido fresco como una alegoría al sol del verano,
como si metiendo un poco de cada cosa que sirve
para espantar las calles
se pudiera crear un clima ajeno al cielo que cubre el mundo,
tú traes la paz, y de algún modo, también otras batallas
cubiertas de agua.

Para espantar el miedo usa tus cálculos
en los que ciertamente es imposible el mal,
si pidiendo tierra te encuentras sola
mira dentro, es tu cuerpo unido al templo lo que se alza.
Eres el altar donde el sacrificio nunca es renuncia
sino admiración por la afrenta, por el reto voluntario.

Sombra y sol en el mismo panorama se denotan
por tus ojos tristes brillando como un eterno gato activo
que predica buena suerte por las calles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario