Dejando atrás los tópicos
el mundo no es un lugar bonito,
cuando la muerte
es una amenaza continua
a tu mente
empieza a ser la respuesta adecuada
reírse provocándola.
Agarrar una botella de vodka
y una cuchilla
y decir “estoy viva, es mi decisión”
empezamos a dejar de ser esclavos
para convertirnos en amos.
La muerte se postra a nuestros pies
y nos implora,
“déjame más margen”
Ahora empieza el juego.
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