No pretendo arrastrar conmigo a nadie al mar, ni nadar sobre
sangre ajena. Será lo mejor, perdona, no soy buena. He perdido mil veces, es
hora de cambiar el juego. Quiero dejar de jugar, liberarme, abandonar lo que me
mantiene con vida, lanzarme al desastre. Dejar de vivir sin empezar a morir,
vivir en el limbo. Quiero alejarme de los dramas, no refugiarme en cáscaras,
dejar los sustitutivos, los vicios, los nombres. La paz, la temida paz. Quiero
abandonar a mi ego, que no me llame borracho, que no se corte en versos.
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