domingo, 10 de abril de 2016

El que sube y baja por el mismo motivo

Con la misma rabia
con el mismo tiempo cortado entre
acción y humillación,
el dios de los nombres ha sido hoy
extremadamente cruel
y todos los dientes que amanecían blancos
se han convertido en polvo
para atravesar los espacios
sin necesidad de intermediario.

El que a lomos de su peor enemigo se desplaza
está condenado a odiar la tierra que pisa
y el lodo no es purificador ahora
ni los ojos inyectados en ayuno entre horas preventivas
de la paz del estoico arrojado a un mar de materia
bella
azulada en el desprecio.

Tu boca es el túnel de la paz y del abismo
y no me hundo porque
me parece contraproducente
el no querer no querer querer
el temer el miedo a temer las consecuencias,
la sagrada familia que me acogió
y me fui, hoy, ayer, hace un mes
y no volver a tocar su tierra
ni verte de paso
casualmente ilusiorio
palpitaciones
torbellinos
de pulsiones aceptadas
en el gusto por lo enfermizo
y enfermedad.

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