Tú que sabes que el camino hacia el calvario es el camino
recto, que los sonidos son débiles y la gente se rompe a todas horas, que el
nacimiento se convierte en crucifixión para los que hay delante, tú que sabes
que el pasado de unos es el futuro de otros y que no se mezcla, que las noches
no tienen horas, que se confunden términos, tú que sabes que el odio nace de la
imposibilidad de amar lo que no se tiene, que los deseos son órdenes hacia el
desprecio. Tú que has nacido en otro lugar que no es este, tú que sabes que
todo lo sagrado habita en el silencio.
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