martes, 4 de agosto de 2015

Precisión no es igual a exactitud

Olvidar ese sentimiento de boomerang abandonado
de frustración atascada en las cañerías
y no pedir por no mentir al terminar la frase,
permanecer a la espera
y no llorar por no tener que hablar al terminar,
y mantener las palabras atascadas
en el centro del cuerpo
y los nudillos apretados
y las convulsiones controladas
y no querer llegar a la espera
y matar la esperanza detrás de una bola transparente
donde te dirán lo que quieres oír
y lo que temes oír.

Se va la vida por un sumidero por el que no has pasado
pero que conoce el recorrido perfecto
de tu trayectoria,
que controla a la perfección tus vicios
y tus debilidades
que a pesar de saber qué precio tienes
nunca se ofrece,
porque prefiere esperar a que caigas en sus manos
ya que, aunque no te tambalees,
avanzas con una precisión asombrosa
y detrás de ti no hay nada
porque delante de ti no hay nada.

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