lunes, 10 de noviembre de 2014

Desidia subterránea

Y fuego
y agua estancada
y charcos
de barro y semen
y un mundo que voltea
lo redondo de su propio centro,
es la lava que sube arriba
e incendia edificios,
son las penas que irradian
las ganas de verte
cuando no encuentro espejos.

Fumas opio
en alguna nube
pero llueven deseos
no manifestados.

Se frustra el santo
lejos del templo
que lo repudia,
se frustra el sabio
lejos de la orilla
que lo proclama.

Abajo no hay luz ni moscas
ni días como navajas.

Arriba hay copias
similares a las copias
de lo abstracto que no nombran.

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