domingo, 11 de octubre de 2015

Me acortas las ganas de risas con acompañamiento y días y días de secesión de sucesión de títeres. Las manos atadas a la nuca y las ganas cogidas debajo de los zapatos. Las suelas manchadas de barro y los cuerpos pegados entre sí, moviéndose despacio. Asustarse porque es una danza conocida por todos y tan ligera, y tan lejos del peligro, tan exenta de alma. La casa llena de animales de compañía y todos nosotros sintiéndonos tan solos. Por eso los polos no se tocan y a la vez son tan parecidos, sólo que en ellos habitan demonios diferentes, amigables sombras, los que sobreviven siempre en las peores condiciones, peores sólo para nosotros. Compadecemos a los que tienen una vida perfecta alejada de la nuestra. Mata la resaca al amigo del amigo del que mata la resaca en un cuarto diferente al tuyo y la gente que llama y no dice nada y las veces que no puedes responder al teléfono porque se funden los plomos, se bajan palancas, procastinas agua de oriente en occidente y traficas con fuego de armas del tiempo que no se ha bajado del caballo, que ha subido al moro, que se ha adentrado en un pantano lleno de cocodrilos. Esto es como esculpir para Miguel Ángel, sacar lo que vive dentro de un bloque, saca de aquí algo valioso y envuelve tus días con un poco de serotonina en vena y come plátanos y practica deporte.

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