Me acortas las ganas de risas con acompañamiento y días y
días de secesión de sucesión de títeres. Las manos atadas a la nuca y las ganas
cogidas debajo de los zapatos. Las suelas manchadas de barro y los cuerpos
pegados entre sí, moviéndose despacio. Asustarse porque es una danza conocida
por todos y tan ligera, y tan lejos del peligro, tan exenta de alma. La casa
llena de animales de compañía y todos nosotros sintiéndonos tan solos. Por eso
los polos no se tocan y a la vez son tan parecidos, sólo que en ellos habitan
demonios diferentes, amigables sombras, los que sobreviven siempre en las
peores condiciones, peores sólo para nosotros. Compadecemos a los que tienen
una vida perfecta alejada de la nuestra. Mata la resaca al amigo del amigo del
que mata la resaca en un cuarto diferente al tuyo y la gente que llama y no
dice nada y las veces que no puedes responder al teléfono porque se funden los
plomos, se bajan palancas, procastinas agua de oriente en occidente y traficas
con fuego de armas del tiempo que no se ha bajado del caballo, que ha subido al
moro, que se ha adentrado en un pantano lleno de cocodrilos. Esto es como
esculpir para Miguel Ángel, sacar lo que vive dentro de un bloque, saca de aquí
algo valioso y envuelve tus días con un poco de serotonina en vena y come
plátanos y practica deporte.
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