Quiero que me gires la cara, que me des la vuelta al cuerpo
para mirarme desde lejos. Has venido con pimienta en vena y yo con deseos de
tragar tu sangre si la escupes en mi
boca. Arráncame los días flácidos de alegrías por los viejos amigos y esos
envidiables sonidos blandos, las bocas esas, todas las opiniones que me
importan una mierda, todos los que ahora son poetas, todos los bohemios,
muerte. Absenta para incendiarlos a todos y esnifarnos sus restos, si tú no
ardes. De esta pira funeraria se salva mi mano y todo lo que toco. Te quiero
coger como una gata coge a sus crías, del cuello y despacito.
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